COMANDANTES GUERRILLERAS: LEONOR ORDOÑEZ Y JOAQUINA AVILA
En el Valle del Mantaro uno de los distritos (de la provincia de Jauja) lleva el nombre de la comandante: Leonor Ordoñez, quien lideró una columna de hombres y mujeres contra las tropas chilenas que venían masacrando e incendiando poblaciones, denigrando la identidad andina y ultrajando la honra de las mujeres. Al respecto el profesor Luis Guzmán Palomino en su libro “Cáceres y La Breña: Colección Documental 1881-1884” subraya… “El valor y el heroísmo de la mujer peruana, demostrando en los diferentes periodos de nuestra historia, quedo reafirmado gloriosamente en la Campaña de la Breña, destacando el hecho de que varias mujeres asumieron el rol de comandantes de guerrillas. Como tales ofrendaron la vida en abril de 1882, Joaquina Avila de Lindo y Leonor Ordoñez…”
ANTONIA MORENO DE CÁCERES
Doña Antonia Moreno de Cáceres, dirigió, coordinó, aportó, desdobló sus funciones de madre ( de 3 niñas), esposa y mujer comprometida con la causa nacional. Fue estratega de mensajerías, donaciones, aspectos logísticos, otros, desde Lima hasta la sierra central en la que Cáceres y sus huestes se desplegaban en medio de las expediciones chilenas que iban tras los breñeros, pero con inteligencia logra instalarse en Tarma, Huancayo, Ayacucho, Huaráz, e infunde fuerza moral en los guerreros, así como también forma parte activa en el escalón de Cantineras a lo largo de la Campaña de la Breña.
Parque San Sebastián en el barrio Huando. Al fondo se aprecia a uno de los músicos con la corneta de cacho (Huacrapuco).
SOBREVIVIENTES CONFORMAN LOS “AUXILIOS MUTUOS SAN ROQUE”: AÑO 1908.
Un grupo de sobrevivientes de la Campaña de la Breña, forman los Auxilios Mutuos San Roque con la finalidad de participar en la fiesta del 16 de Agosto, que el distrito de San Jerónimo de Tunán celebra cada año en honor a San Roque. Así, Hildebrando Maldonado Pomalaza cita en su libro “PAGINAS DE MI CHALAY” lo siguiente:
“En 1908 Eustaquio Huamanchaqui, Paulino Laymito y Genaro Avila Meza acordaron formar una institución de Auxilios Mutuos San Roque, para bailar todos los años el 16 de Agosto”
Cuentan los abuelos, a pesar del tiempo transcurrido los pocos guerrilleros que habían retornado de Huamachuco, no pudiendo superar los sentimientos de dolor, amargura, frustración, juntándose entre ellos iban narrando la nefasta experiencia y la comunidad estaba tan conmovida, que por más intento de alcanzar algo de sosiego no hallaban explicación coherente entre el ser humano y la guerra, el desprecio por la vida, el egoísmo, falta solidaridad, divisiones y traiciones de los propios hijos cuando el destino de la madre patria estaba en riesgo. Sacando fuerzas de donde no hubo, pensando en la nuevas generaciones y recordando en lo que tanto el tayta Cáceres les inculcara “carácter para sobreponerse a todo, incluso a las derrotas…” “carácter para perseverar” “siempre carácter…” tuvieron que levantarse y seguir viviendo…
Por primera vez los ex-breñeros aparecen del barrio Huando por la calle Real con dirección al barrio Tunán, en fila de dos a pasos lentos, ceremoniosos pero coordinado (recordando sus pasos cansados al llegar por fin a casa de tanto cabrear la persecución de chilenos y antipatriotas).
Para la indumentaria idearon unas prendas maltrechas (como cuando arribaron hecho jirones tras el ocultamiento entre juncos, cuevas y tunales que les arrancaron no sólo los trapos sino hasta la propia piel), cosieron unos retazos de telas en tiras cortas de color negro, marrón y azul oscuro, sobre un saco y pantalón. Eligieron el “color serio” para llevar el duelo perenne por sus hermanos combatientes que ofrendaron sus vidas… y en segundo lugar, para identificarse de manera uniforme y ordenada). El sombrero era de lana de oveja o vicuña, la máscara confeccionada de piel de oveja, los pies cubiertos por ojotas o llanquis. Se amarraron una mantada (manta vieja de yute que el campesino utiliza para cargar el abono) sobre la espalda o en la cintura. Ojo: hasta este momento no se llaman “Avelinos”.
Los danzantes salen acompaña por una orquesta típica: una corneta de cacho, una tinya y un violín. Algunos simulan tener cierta cojera o cansancio y se apoyan en unos palos como si fuera un bastón. Vale la ocasión para destacar que la música siempre estuvo presente en la vida del sanjeroniménse, tal es así que cuando partieron a Huamachuco en el Ejército del Centro como miembros del Batallón San Jerónimo No.10, marcharon con su Banda de Músicos conformados por los propios chalaysantos.
NACIMIENTO DE LOS AVELINOS : AÑO 1912.
A la vuelta de cuatro años más se incorpora el resto de sobrevivientes, ademas de otros que muy entusiastas traen nuevos aportes para la coreografía, la vestimenta y las ideas fluyen hasta que deciden llamarse los Avelinos, en recuerdo del segundo nombre del general Andrés Avelino Cáceres y reiteran su homenaje en memoria de sus hermanos guerrilleros que jamas retornaron a la tierra que los viera nacer, al ofrendar sus vidas por la patria a lado del tayta Cáceres, quien generó bravura y pundonor, ganándose el apelativo del “Brujo de los Andes”.
En medio de esas circunstancias uno de los integrantes que era sastre propone confeccionar la vestimenta original (sin cambio alguno) sobre un terno, todos conforme, agregando que llevaran camisa y corbata (una combinación de la elegancia del chalaysanto sin perder el sentido del duelo y la uniformidad). Aparecen también las máscaras de pellejos de zorrillos, vizcachas, venados y otras de narices largas y rojas, no faltaron los que se mandaron a confeccionar imitando el rostro de Cáceres. Los sombreros sufrieron pequeños recortes en los bordes y uno que otro uso el kepí.
Así el grupo va tomando contextura y en cada fiesta del 16 de Agosto llegan los Avelinos jalando sus cañones viejos, escopetas sin balas, otros luciendo con orgullo un barco llamado “Huáscar”, no falta el que carga una maleta repleta de billetes (una crítica a los gobernantes, políticos, militares, hacendados, banqueros, industriales y golpistas, que se vendieron o fugaron al exterior preservando sus intereses cuando el Perú sangraba)( Recordemos que mientras hubieron extranjeros que dejaban el país para proteger sus riquezas también se quedaron otros enrolándose a la causa nacional de manera voluntaria, sin que sus gobiernos se los pidieran. Honor a todos ellos). Los años transcurren y los Avelinos en el 1915 adoptan el Shacteo (banquete en miniatura que se degusta entre autoridades, pueblo y visitantes).
“EL BRUJO DE LOS ANDES” CONVOCANDO, ADIESTRANDO…Y LAS ACÉMILAS…
El artífice de la victoria de Tarapacá, no hacía mucho que se encontraba en la sierra central organizando la resistencia, movilizándose a lo largo y ancho del centro y parte del sur del país, informando e instruyendo a las poblaciones la urgencia de conformar los batallones y las guerrillas (Tarma, Jauja, Huancayo, Pasco, Huánuco, Huancavelica, Ayacucho y provincias de Lima) cuando el ejercito chileno aparece en el Valle del Mantaro con dirección a Huancayo, en donde se hallaba el Cuartel cacerista.
Cáceres retornaba de las alturas de Suitacancha, Lastay, Ingenio entre otros anexos y fue alertado por su “servicios de inteligencia” que los invasores ingresaban al Valle por la margen derecha del río Mantaro, cometiendo tropelías en los pueblos e incendiando viviendas al negarseles entregar cupos…
El Tayta Cáceres, sobre la marcha convoca a los campesinos que venían trabajando en sus chacras acercarse con todos sus instrumentos de labranzas, los pastores con toda sus recuas, acto seguido hizo largas filas entre personas y animales, acomodando las herramientas, palos y rejones sobre cada uno de ellos, los amarró como si fueran tropas con el arma en alto y todos cubiertos con ponchos, mantas, mantadas, pañolones, sombreros, gorras. Otro grupo de bestias simulando cargar las provisiones y armamento… y él a la cabeza.
La tropa chilena que cruzaba por el Puente Balsa (límites de San Jerónimo de Tunán y Concepción, a 15 km.de Huancayo) de pronto ve al frente, a lo alto, en la cima del cerro (donde se ubican los restos arqueológicos de Unshicoto) acercarse un contingente de personas sin pausa, uno tras otro y en la medida que avanzan el jefe araucano se percata con asombro que se trata de Andrés Avelino Cáceres… con un ejército armado y una hilera de nunca acabar… ¡ cuál sería su sorpresa que apenas pudo exclamar ¡ es el Brujo de los Andes! y dió la orden ¡marcha atrás! ¿Cómo era posible, de Lima había salido sin personal ni armamento? ¿De dónde sacó un ejercito y con toda una logística? En su huida dejaron caballos, municiones y ranchos tendidos… Esta retirada sirvió al “Brujo” para seguir convocando más breñeros y tomarse el tiempo para trasladar su Cuartel a Izcuchaca (Huancavelica) y Huamanga (Ayacucho).
CONSOLIDAN LA SOCIEDAD AUXILIOS MUTUOS SAN ROQUE: 1918
El 16 de Agosto de 1918 por fin la agrupación consolida la Sociedad Auxilio Mutuos San Roque legalmente con Estatutos, fines y objetivos, cuyos principios de hermandad, solidaridad y la práctica de los altos valores humanos y cívicos de amor a la patria que no deben sucumbir jamas. Por primera vez eligen su Junta Directiva, liderado por el Presidente con una duración de un año, quien organizará la fiesta de Los Avelinos y al término de su gestión entregara el cargo al siguiente socio y sucesivamente irán tomando la presidencia según el orden de antigüedad.
Primer presidente, Juan Sotelo, trae novedades: los Avelinos futbolistas con un arco super pequeño y reglamento alucinante. Igualmente aparecen los Avelinos músicos con sus instrumentos muy creativos y de tamaño “económico”. La institución va tomando cuerpo y gracia.
En 1922, Severo León en la presidencia, los Avelinos estrenan la composición musical que seria característica de la danza y que al presente se mantiene. Compositor el reconocido violinista, Antonio Inga Fernández, quien pasa a conformar el Marco musical junto con Ángel Sánchez y otros socios más. Recorren por las calles luciendo orquesta propia, mientras los danzantes van distribuyendo sus programas redactados al estilo Avelinos: con humor y picardía pero sin faltar el respeto, ademas de convocar para la hora del shacteo a la población y visitantes con frases cariñosas e ingeniosas.
¿EN QUE CONSISTE EL QUIPI ?
Era 1915, al asumir el cargo Genaro Avila Meza se incorporan el Quipi como parte de la coreografía. Ocurre que los chilenos habían instalado su campamento en la ciudad de San Jerónimo de Tunán ocasionando asaltos, exigiendo cupos, embriagándose y desatando un vandalismo total y el pueblo estaba cansado. Cáceres toma conocimiento y traza un plan de espionaje conjuntamente con los habitantes. Un grupo de hombres tuvieron que esconderse durante el dia en las abras, montes y matorrales alejados de la ciudad y sólo durante la noche realizarían las tareas encomendadas.
Las mujeres eran las encargadas de llevar sus alimentos y trasladar ciertos mensajes orales sin despertar la más leve sospecha. La estrategia de ellas fue preparar el fiambre en pequeñas vasijas, envolverlos fuertemente con manteles de yutes viejos para evitar salir el aroma de la comida, luego este pequeño “paquete” acomodarlo de manera cuidadosa dentro del abono que cargarían con las mantadas, supuestamente rumbo a sus chacras.
Estas mujeres al ser interceptadas e interrogadas … ¿qué llevas o a dónde te diriges?, tenían que responder con mucho temple “llevo abono para mi chacra” y efectivamente el quipi a simple vista era desaliñada y emanaba un olor tan desagradable que los chilenos se desanimaban detenerlas o seguirlas… Así nace el quipi.
LO MAS ESPERADO POR PROPIOS Y EXTRAÑOS: HORA DEL SHACTEO
El quipi de mal olor de aquel tiempo al presente se ha transformado en uno de exquisito aroma que abre el apetito a cualquiera. Cada Avelino baja su mantada, abre y lo primero que aparece como una flor es el mantel blanco de tela con plumillas y flecos, luego la hermosa wishcata (Manta nueva) multicolor de estambre y de fondo, las sabrosas viandas graciosamente adornadas para la ocasión: como un cuy picante, una gallina vanidosa, papa a la huancaina con huevitos de pajaritos, conejo horneado por andariego, lechón aventurero, la pachamanca, el puchero, la sopa de pan, tamalitos y una variedad de platos de la región y otras innovaciones… No faltan los aperitivos, el trago para sentar el banquete y la chicha de jora para departir con la multitud.
Iniciado el shacteo primero serán las autoridades con espectaculares “presas” y demás bocados en las maravillosas vajillas, cubiertos, vasos, copas, porongos, tinajas, todos en miniatura, que arrancaran mil sonrisas hasta al personaje más serio; luego departieran con lo invitados, visitantes y público en general, es decir nadie se quedará sin degustar el banquete y como dicen los Avelinos ¡lo importante es el cariño con que se comparte y en proporciones iguales!.
Quiero resaltar las tantas veces contadas por los abuelos Avelinos ( que ya no se encuentran entre nosotros), las ollas, bandejas, teteras y demás vajillas siempre fueron en miniaturas y de barro cocido, mas adelante incorporaron las de lozas, los cristales y porsupuesto de plata y filigrana, toda vez que San Jerónimo de Tunán es tierra de grandes y reconocidos plateros y joyeros, ganadores de premios a nivel nacional e internacional. Lo mismo ocurre con los hermosos manteles de telas blancas con plumillas y flecos (costura y tejido), así como las wishcatas multicolor de estambre (tejido) por manos creativas de hombres y mujeres chalaysantas.